martes, 9 de noviembre de 2010

Porque los Celos También Inspiran…








Por: Vanessa Martinez @Vmartz


Lo reconozco. He permitido que en mi vida exista un día cada semana muy particular y nada agradable en el que despierto pensando que el ya no es sólo mío, todo porque lo soñé.
Si, lo vi en mis sueños que más sentí como pesadillas con una mujer a la que ni conozco y que si existiera desearía no conocer y ella desearía no haberme conocido jamás.

Comienza mi mañana con un sabor amargo, con un dolor de cabeza inmenso por una idea que no sale de ahí y que se empeña en dar vueltas y vueltas.
Que ya no me quiere lo suficiente y que correrá a los brazos de otra mujer, si es que ya no esta con ella, o ellas. O alguien por conocer o peor aun… alguien de su pasado.

Entonces todo lo veo gris, incluso si esta soleado. En mi corazón todo es gris y no me dan ganas ni de ir a la ducha, pero debo salir a cumplir con mis labores. Y lo hago, pero finalmente no me visto como todos los días ni me maquillo como acostumbro, uso menos accesorios de los que a menudo me gusta lucir y no me esfuerzo por cuidar mi cabello que siempre mantengo peinado. Ese día no me importa si llueve y se arruina.
Sólo me pongo un par de tenis con la pobre excusa de que tengo algo pendiente al salir de mi trabajo y que debo caminar, tanto, que prefiero no usar tacones para la ocasión, lo cual es una mentira, porque desde muy joven aprendí perfectamente a manejar tacones y camino demasiado bien con ellos que con un par de zapatos bajos. En fin.

Aun la gente que poco me conoce me dice que me ve diferente y pregunta muchas cosas. Yo definitivamente no puedo disimular mis estados de ánimo. Todos lo notan y a mi todo me da lo mismo. Todo menos ese “diablito” que está todo el día susurrándome al oído que el ya no me quiere, que no le importo, que nada de mi le interesa, que ya no le gusto y que las cosas nunca volverán a ser igual. Ese diablito que me dice que no haga nada ya, que deje todo como está, que ya lo perdí, que quiere a alguien más, que mejor vuelva a llevar mi vida como alguna vez, en la que no existía ni compromiso ni amor.
Yo me dejo decir todas esas cosas, y lo peor es que le dedico tiempo a pensarlas…y dudo.

Regreso a casa en cuanto termino mi labor del día. Hago lo que me gusta y me siento orgullosa de tener la oportunidad de hacerlo en este país en el que pocos contamos con esa suerte. Pero este día en especial no. Hasta eso poco me importa y no significa nada para mí. Todo lo que puedo pensar es en el, y en la dependencia que no quería que naciera y que al parecer no solo ya nació sino que creció y esta por reproducirse y en mis miedos… mis mil y un miedos de perderlo.

En casa sólo puedo pensar en que estará haciendo, con quien, porque no llama, porque no confirma si vendrá. En fin. Se vuelve una obsesión.

Sigo pensando en todo lo que aquel diablito quiso dejarme en la cabeza y sigo sufriendo, sola, por cosas que no debería, porque no han pasado y supongo nunca pasaran, pero sufro. Mucho.
Imagino escenas y conversaciones, aun sabiendo que no tengo motivos reales para hacerlo y siento celos.

Mas tarde el aparece, y desde que me besa al saludar se da cuenta que algo me pasa. Algo malo.
Me conoce mucho, más de lo que me conviene en un día como este. Comienza una especie de interrogatorio y encuentra como respuesta lo típico, ese común “Nada”, cuando por dentro me pasa todo.
Hasta que llega ese momento en el que me decido y le comienzo a contar tímidamente el porque de mis ojos sin brillo.
Desvía la mirada y supongo que algo pensará al respecto pero casi nunca dice nada. No pronuncia una palabra. El ya sabe que pasa. Porque todas las semanas pasa.

Luego de un rato, aunque con temor de su reacción le pregunto que piensa, si quiere decirme algo, y el, molesto responde lo de siempre. Lo que ya yo se, pero que aun no aprendo a controlar.
¿Porque dejarme robar la felicidad? ¿Porque si un día me siento la mujer más feliz y afortunada del mundo, y se lo hago sentir a todos a mi alrededor, al siguiente sólo demuestro inestabilidad? ¿Hasta cuándo?

Entonces me pregunto, ¿cuándo voy a tener la plena confianza en lo que soy y lo que tengo? ¿En lo que valgo y en lo que merezco? ¿Cuando al fin va a dejar de existir este día en todas mis semanas?
Tal vez cuando ya el se haya aburrido de soportar mis miedos vestidos de tenis, pobremente maquillada de inseguridad y estas pocas ganas, mostrando el espacio donde debería dibujarse mi sonrisa, la que este día se ausenta.
Tal vez ya se haya ido y no con esos “fantasmas” con las que lo imaginaba y con las que lo veía en mis sueños. Tal vez ya se fue, solo. Aún queriéndome y aún así no queriendo estar conmigo. Sólo así podré deshacerme de ese día y de ese diablo… deshaciéndome también de el.

viernes, 17 de septiembre de 2010

A Mi #BloggerSecreto ... @Costennita

ADVERTENCIA: Costennita que pena escribirte invadido por la ira, pero es que una vieja hijueputa de vigilancia en una empresa me acaba de impedir el acceso a dicha empresa por que "ella tiene ordenes de cerrar la puerta a las 4 y 30"... io llegue a esa hora y me cerro la puta puerta en mis narices... esto ha acarreado que se embolaten o demoren en la consignacion MILLON DOSCIENTOS MIL PESOS (#MasShevere)... GRACIAS POR NADA VIGILANTE MARTINEZ!!!! te tengo que ver en la calle sin uniforme gran *&^%$#@...

Weno a lo que vinimos...
Desde que supe que me habias tocado como #BloggerSecreto, ya sabia de que te iba a escribir el post...

Tu mente y la mia estan embargadas por la misma idea en este momento. No se cual sea tu motivo, pero io si tengo muy claro el mio, y espero que tu motivo por el cual has tomado esa decision, lo tengas tan claro como io digo tener el mio.

De antemano felicitaciones...

Bacano saber que alguien se compromete a dar ese paso y a tomar unA DECISION barbara como es la de decidir casarse

Lo digo por que en estos dias que la television y los demas medios de comunicacion y no comunicacion y hasta la gente a nuestro alrededor, nos invaden y nos venden la idea que todos los matrimonios estan dedicados al fracazo, que lo maximo que duran son meses o como mucho 2 anhos y que si no llegan a terminar en divorcio o separacion, se resignan a que su pareja les sea infieles, por la sencilla razon de que prefieren estar viviendo "asi", que aceptar que la pareja se les vaya con otra persona por que "con ella ha encontrado algo que io no he podido darle" y entonces PEGAME CACHO PERO NO ME DEJES,,, esa es la gran consigna.

Bacano ,, bien por ti,,, que NO has tomado el camino facil y NO tomaste el "salvavidas" de las personas que no estan dispuestas a comprometerse y optan por la mas facil y poco comprometedora UNION LIBRE.

Espero que te vaya tan bien o mucho mejor que como me iraa a mi en mi matrimonio con mi novia, a la que con paciencia he aprendido a soportarla y a quererla, por que la empresa que hemos decidido emprender, no es nada facil y no se hace a punta de palabras bonitas y promesas por cumplir.

Solo resta aconsejarte y regalarte algo que es una de las banderas de mi relacion con @Vmartz... EL DIA QUE NOS FALTEMOS EL RESPETO, LA "FORTALEZA" QUE TU Y IO DECIDIMOS CONSTRUIR, SE EMPEZARA A DERRUMBAR SIN DARNOS CUENTA A CADA MINUTO

A mi #BloggerSecreto solo me resta desearle Buena Muerte... ojala ya cuando estes viejita, y mucho mas ojala en los brazos del hombre que has decidido tomar como esposo.

#BonusTrack 1ra Corintios 13

NOTA: Gracias por que la vigilante Martinez ya no la veo tan hijueputa como al comienzo de este post... hasta ya me dieron ganas volver alla e invitarla a salir a tomarme un cafe con ella..

miércoles, 9 de junio de 2010

Mi Primer Post desde mi cel...

Sentado en la plaza de comidas del centro comercial Portal del Prado en Barranquilla Colombia South America, ensayando como postear desde mi telefono celular... Escuchando al mismo tiempo que escribo, musica que me recuerda a la pelicula Gohst ... Luego luego escucho a Kid Cudi invadir mi cabeza con su pegajoso ritmo de "Day n Nite" ... Cada quien aquí en la plaza de comidas dedicado a la suyo... Algunos sentados en grupo... matrimonios comiendo con sus pequeños hijos...parejas de novios compartiendo un helado... Y Otros como yo sentados solos con un telefono celular, así sea de gama baja, en la mano... Ahora es Roy Orbison y su tema "Pretty Woman" quien es reproducido al azar por mi telefono celular... Me gusta sentarme aqui en esta plaza de comidas solo, aśi no me tome ni un vaso de agua... Lastima que solo lo haga cuando mi tio me hace esperarlo para hablar con el... Normalmente me sentaba aqui a leer el libro con que "salía" de momento, y que le practicaba un pequeño Coito Visual donde se me antojara... Ahora no,,, ahora sucumbo frente a las maravillas de tener literalmente en "mis manos" conexion con casi cualquier lugar del mundo, gracias a la magia del plan de datos sumada a un telefono inteligente creado por la empresa Nokia... El turno de invadir mi canal auditivo es para el corto de vista, Stevie Wonder con su exito ochentero"Part Time Lover"... Me ha gustado mucho escribirles aqui sentado, aun con este teclado tan pequeño... Espero poder disciplinarme a escribir posts desde el telefono, y por que no, escribir el proximo premio de novela de Seix Barral o Planeta... Buena Muerte....

martes, 19 de enero de 2010

Cuento de Año Nuevo... (Final)




(Para saber como comenzó esta historia, favor dar click aquí)

El cuerpo de Eduardo retrocedió de manera brusca y cayó sentado en el piso.
Aquel diáfano suelo, de nauseabundo olor a blanqueador e hipoclorito, se vio salpicado por las gotas de sangre que emanaban de la nariz de Eduardo, el cual lo único que podía hacer allí sentado era tratar de salir del estado groggy en que se encontraba después del golpe.
Tomaba la nariz con su mano. Cerraba los ojos, y luego la miraba llena de su sangre.

Varias enfermeras, luego de salir de la perplejidad en que quedaron al ver a alguien que alguna vez fue su superior, tumbado allí en el suelo, corrieron a auxiliarlo.

Mi mamá se desmayó, y lo único que evitó que se golpeara contra el suelo, fue la reacción ágil de mi hermano Víctor, quien de inmediato la puso en una de las sillas de la sala de espera, del pabellón de urgencias, de aquel hospital.

Un guardia de seguridad apareció en aquel instante y empezó a hablar con una de las enfermeras que había presenciado lo que sucedió un minuto atrás en aquel lugar. Intercambiaban palabras sin quitarme la mirada de encima.

-¡Víctor dame las llaves del auto!- le grité

- ¡No las tengo! El carro se quedo donde mi abuelo. Nos vinimos en el auto de mi mamá, y mi papá se lo llevo para la casa cuando fue a buscar las vainas para quedarse con Erika!

Jueputa y ahora que hago?-- pensé.

El guardia se dirigía rápidamente hacia mí, mirándome fijamente.
Yo solo podía mirar a Víctor al lado de mi mamá quien también era atendida por una enfermera quien con un algodón bañado de alcohol trataba de reanimarla.

Miré a Eduardo fijamente y podía sentir que me quería decir muchas cosas, pero en su mirada también podía ver temor.

Salí corriendo de allí. Mi mente no tenía cabida para pensar en otra cosa que no fuera mi padre.

Al salir totalmente del hospital detuve el primer taxi que pude. Le di la dirección de mi casa al conductor y le dije que le daba el doble de la carrera si llegaba en menos de 10 minutos.

Tomé el celular y llamé a mi padre. Nada. No había respuesta alguna de mi papá.
Intente varias veces pero siempre terminaba escuchando la voz grabada de la operadora que me indicaba la que la llamada esta siendo transferida al buzón de mensajes de voz.

El taxi zumbaba a toda velocidad por las calles emparrandadas de aquella ciudad aquel primero de enero del año 2006.

Opté por llamar al teléfono fijo de la casa, esperando que mi papá lo contestara. Un ring... Dos ringnes... Tres ringnes. Nada. No había respuesta hasta que escuché al otro lado de la línea un leve clic, a lo que grité: ¡PAPÁ!

Una voz femenina me respondió: "Hola en estos momentos no nos encontramos en casa. Por favor deja tu mensaje después de la señal… ¡bye!"

Mis ojos jamás hubiesen estado preparados para poder contener el tsunami de lágrimas que se desbordaba por ellos. Acababa de escuchar la voz de mi hermana Erika en la grabación de la maquina contestadora.

Sollozaba fuertemente al recordarla y al saber que ya no volvería verla con vida.
Mientras lloraba, podía sentir como el taxista me miraba de reojo por el retrovisor, pero no me preguntaba nada. El solo se limitaba a hacer su oficio, conducir.

-- ¿A la izquierda o a la derecha, joven? - pregunto el taxista. Cuando levante la mirada y enjugue mis ojos para ver a que se refería. Sin darme cuenta llegamos a la cuadra donde quedaba mi casa.

-- Déjeme aquí… ¿Que le debo? No había terminado de contestar el señor cuando lo interrumpí dándole un billete de 20 mil y diciéndole: tome aquí tiene... Gracias.

Me bajé del taxi y pude ver que había vecinos celebrando un año nuevo que comenzaba con buenos deseos y con propósitos por llevar a cabo.
Yo en ese momento estaba lleno de confusión. Aun no sabia si todo era una pesadilla de la que quería despertar, pero aunque así fuese, no sabia de que manera hacerlo.

-- ¡Feliz año Juan José! me gritó una vecina a la cual ignoré por completo y empecé a correr hasta la puerta de mi casa.

Pude ver que el auto de mamá estaba allí parqueado, y que las luces del segundo piso de la casa estaban encendidas.
Saqué las llaves de mi chaqueta y abrí la puerta. Me dispuse a entrar a toda prisa pero algo me lo impidió. Algo dentro de mi me decía "cálmate no quieres que tu papá te vea así. Tienes que darle ánimos y fortaleza".

Sequé mi rostro con la manga de la chaqueta, tomé aire y lo exhalé de inmediato.
La única palabra que cruzaba por mi cabeza era: fortaleza.

Al entrar en la casa sentí ruidos. Desde el hall puede escuchar el sonido de la televisión del estudio que estaba encendida. Me parecía escuchar el canto de niños deseando un “cumpleaños feliz”.

Me dirigí rápidamente al estudio esperando encontrar a papá allí. No fue así. Lo único que pude encontrar fue la televisión encendida mostrando imágenes de la celebración de los cinco años de mi hermana.

Las luces del estudio estaban apagadas. Busqué el interruptor en la pared y las encendí.

Quedé perplejo al ver el cuadro que presencié cuando las luces invadieron el estudio. En el suelo de la habitación se encontraban regados los cassettes de video de las grabaciones que habíamos hecho a lo largo de los años de fiestas, viajes y vacaciones familiares. Los álbumes familiares también estaban abiertos y habían fotos de mi hermana fuera de su lugar y regadas por todo el suelo.
Fotos de Erika recién nacida; de su bautizo; de su primer año y de todos los demás cumpleaños; bañándose desnuda en el patio de la casa; en su primer día de colegio; con el yeso puesto cuando se fracturó el brazo; en Disneylandia; con los abuelos; con Víctor y conmigo; con papá y mamá en la finca; con sus amigas del barrio donde crecimos; sus quince años; su grado de bachiller; con su exnovio Efraín; en la universidad. En fin. Fue ver en cuestión de segundos el trascurrir de la vida de mi hermana en aquellas fotos que tapizaban el suelo de la habitación.

Aquella escena me había paralizado por completo.

-- ¡papá! – grité con todas mis fuerzas esperando que el me respondiera y así saber en que rincón de la casa encontrarlo.

Mi grito fue en vano. No hubo respuesta de mi padre.

Algo que llamó mucho mi atención, fue ver que había fotos también esparcidas fuera del estudio.

Salí del estudio y pude ver que había más fotos tiradas por el hall y que también había mas por las escaleras que conducían al segundo piso hacia nuestras habitaciones.

Seguí rápidamente el rastro de fotos que, estaba muy seguro, era mi padre el que lo había dejado. No me cabía la menor duda.
Subí las escaleras a toda velocidad.

¡Papá! – una vez más grité.

Busqué inmediatamente en su cuarto. Nada. No había rastros de mi padre.
Al salir de la habitación de mis padres, noté que las luces del cuarto de Erika estaban encendidas.

¿Papá? ¿Estas allí? – pregunté en voz alta, mientras caminaba lentamente hacia el cuarto de Erika.

Sentí que llegar al cuarto de mi hermana me tomaba una eternidad.

--¿Papá?

Al fin había encontrado a mi padre.
Lo encontré acostado en la cama de mi hermana. Al parecer, primero se había sentado en ella del lado de los pieceros, y luego se había dejado caer hacia atrás, hasta quedar en posición horizontal, pero con las piernas fuera de la cama.
Papá abrazaba a “Tina”. Tina era la muñeca favorita de Erika desde que era una niña, e incluso ya grande, mi hermana seguía cuidando de Tina, según ella, “a escondidas”, pero todos en la casa sabíamos que aún lo hacía.

Estaba conmovido y a la vez entristecido ante aquel cuadro que presenciaba.
Apreté mis labios. De mis ojos escapó una lágrima que rodó por mi mejilla y que vi caer sobre mi hermana en una de las fotos que se encontraba en el suelo.
Pudo haber sido la escena mas tierna y emotiva que hubiese podido ver en toda mi vida, de no haber sido por el revolver, y la sangre que emanaba de la cabeza de mi padre.